martes, 8 de junio de 2010

Al vilo del Satén

La vida en oportunidades nos pone pruebas, pruebas que por lo general no sabemos como superar o simplemente no queremos hacerlo.
El día menos esperado, conocí a una musa, una criatura casi irreal, mitológica, un ángel inmigrante con belleza indescriptible, quien con sólo una mirada tiene la llave que abre cada uno de mis sueños, su piel, un mapamundis que quiero ir conociendo cada día que pasa, ojos que solo dejan luz a su paso, una cara tan lisa como el más fino satén, su cuerpo, una Venus de Milo, yo, tan anónima como su escultor.

Tu desconocimiento de todo esto te lleva a la indiferencia, esa que me golpea con el más fuerte látigo, la que me hace sentir como un buque a la deriva, un naufrago que no sabe hacia donde ir en busca de tierra firme, quiero infinitamente saber la dirección correcta que debo tomar para llegar a ocupar un pequeño espacio en ese corazón, cerrado con la más inmune de las cerraduras.

¿Y si lo lograse?, ¿Si algún día me das esa oportunidad tan anhelada?, ¿sabré manejarlo?, ¿tendré el valor de dejarlo todo por ti?, el más grande temor no es que eso nunca llegue, todo lo contrario, es que algún día pase, que el tiempo me lleve a caer en razón y note que fuiste algo platónico, algo que sólo dura mientras no es tangible, que cuando se materializa desaparece, por ahora seguiré siendo tu amante anónima, no quiero dañarte, dañarla ni dañarme… pero sobre todo no quiero que me odies, que me odie o incluso odiarme a mi misma por llevar al suicidio lo poco que he logrado contigo, seguirás siendo la sábana de satén que me cobija por las noches, pues me declaro perdedora en los juegos de la vida…

Christina 04/08

lunes, 7 de junio de 2010

La persona que supo cambiar el significado del Satén…

El Satén, es una de las telas más brillantes, suaves, lisas y elegantes que existen, usada en prendas aptas para todo el día pero sobre todo nocturnas, muy característica de las ropas de cama más exquisitas del mundo, muy consistente pero sobre todo resistente gracias a su estructura interna… tú, mi Satén, un satén diferente, un satén débil pero a la vez fuerte, esa tela que ha sabido revolver todas y cada una de mis fibras, soñando con tenerte en mi cama y no precisamente como ropa de dormir, jamás te he tocado pero así te siento, sin mirarte puedo observar el brillo que sólo un satén puede irradiar, único, elegante, envidiable y tentador pero en ocasiones inalcanzable, tan cerca pero a la vez tan lejos, con fronteras cada vez más anchas entre tu y yo, sigo muriendo por lograr un contacto tan estrecho como el que se logra con una lencería o arropada con una sábana de satén clásico, me queda sólo una pregunta por responder… ¿será que me conformo con dejar ese contacto confinado a los rincones más inhóspitos de mis sueños?

Christina 06/08