Tu desconocimiento de todo esto te lleva a la indiferencia, esa que me golpea con el más fuerte látigo, la que me hace sentir como un buque a la deriva, un naufrago que no sabe hacia donde ir en busca de tierra firme, quiero infinitamente saber la dirección correcta que debo tomar para llegar a ocupar un pequeño espacio en ese corazón, cerrado con la más inmune de las cerraduras.
¿Y si lo lograse?, ¿Si algún día me das esa oportunidad tan anhelada?, ¿sabré manejarlo?, ¿tendré el valor de dejarlo todo por ti?, el más grande temor no es que eso nunca llegue, todo lo contrario, es que algún día pase, que el tiempo me lleve a caer en razón y note que fuiste algo platónico, algo que sólo dura mientras no es tangible, que cuando se materializa desaparece, por ahora seguiré siendo tu amante anónima, no quiero dañarte, dañarla ni dañarme… pero sobre todo no quiero que me odies, que me odie o incluso odiarme a mi misma por llevar al suicidio lo poco que he logrado contigo, seguirás siendo la sábana de satén que me cobija por las noches, pues me declaro perdedora en los juegos de la vida…
Christina 04/08
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